Parece mentira lo que hace transformar tus emociones y pensamientos en palabras. En el momento que hablas y escribes lo que te esta comiendo por dentro, algo se desata.
La verdad que escribir me fue muy bien para superar la muerte de mi padre cuando era joven, vacíar toda la impotencia, la rabia, la pena, las cosas no dichas, ...
Y suerte que lo estoy volviendo a hacer ahora con el problema con la comida.
Hoy era el cumpleaños de mi hijo así que sabía que debía enfrentarme a una gran comilona con la familia. Pero lo que ha sucedido hoy ha sido muy curioso.

Ya sé que es pronto, que me falta mucho camino por recorrer. De hecho estoy a la espera de que cualquier día de estos me entre el bajón y me coma hasta mi brazo jaja pero bueno, lo dicho, lo principal es encontrar el problema y luchar por solucionarlo que es lo que estoy haciendo. También estoy trabajando mano a mano con un coach y tengo programada una cita con la naturopata para poner hilo a la aguja.
Y ahora que termina ya el día estoy muy contenta porque, si que es verdad que he comido mucho al mediodía, pero lo he disfrutado, no ha sido sólo engullir. Y luego he llegado a casa y le he dado tregua a la nevera. De hecho sólo he entrado a buscar agua. Porque no tengo hambre. Y a partir de ahora le hago caso a mi cuerpo, no a mi mente corrupta.
:-)
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