El gasto de ser compulsivo

Nunca me había dado cuenta de lo que llegaba a gastar en comida. Y siempre me preguntaba donde iba a parar mi sueldo, hasta que me di cuenta de que era comedora compulsiva y  analizé mi comportamiento con la comida y todo lo que eso comporta. 

A parte de que siempre buscaba cualquier oportunidad para salir a comer fuera, también gastaba demasiado haciendo la compra en cosas inecesarias y lo peor era cuando compraba para pegarme atracones, que ese gasto ya era la leche.

Entonces hice un flasback y me di cuenta que cuando recibí mi primer sueldo, que gané de adolescente, me fui directa al supermercado toda orgullosa y compré lo que me dio la real gana, salí con una bolsa llena de chocolatinas, patatas y demás basura.

Y años más tarde, cuando murió mi padre también. Me enteré de la noticia por teléfono. Estaba sóla. En el extranjero. Me encontraba dentro de casa, sin nadie a quien abrazar, o gritar o llorar. Confundida y perpleja, sentada en el suelo llorando y mirando a mi alrededor. Cogí el bolso y directa al super. No recuerdo todo lo que me comí pero os aseguro que fue inhumano. Y el vacío que sentía en la boca del estomago seguía allí.

 Ser compulsivo es muy caro y te sale muy caro a nivel físico-mental.

Es como los fumadores, drogadictos, alcoholicos y demás adicciones. Que cuando lo dejan se ahorran mucho dinero.

Esta vez el dinero que me gastaría en comer fuera o hacer compras para atracones lo pondré a parte para comprar ropa nueva cuando sea el momento.

Y por supuesto ya estoy en camino de superar cualquier emoción, ya sea tristeza o felicidad, con diferentes herramientas que no sean la comida.

Un abrazo xo